Hola, Laura. Desde el punto de vista país el carné por puntos ha funcionado especialmente bien en nuestro país. Probablemente aprendimos de los errores de otros y esto nos permitió equivocarnos menos. Desde el punto de vista personal fue especialmente apasionante. Fue un proyecto en el que se implicó toda la sociedad, todos los grupos políticos, los automóviles club. A veces como país, cuando nos ponemos, no hay quien nos pare.

Está claro que un vehículo viejo tiene menos elementos de seguridad que uno nuevo. Sin embargo no debemos confundirnos. Es el factor humano donde se concentra el factor principal de la siniestralidad. Lo importante en el vehículo, especialmente en estos tiempos de dificultad económica, es que estén mantenidos: neumáticos, suspensión y frenos siempre en orden.

Hola, Luisa, quizás la respuesta no es más medidas, sino reajustar las existentes. Siempre hay que reordenar el sistema de fiscalización centrando las medidas en los problemas. Priorizar y focalizar, básico.

Hola, Antón. Está claro que la conservación de carreteras ha caído. Es lógico. Hay que redistribuir los presupuestos y no hay para todo. Los puntos negros son probablemente los que eran: lo importante primero es señalizarlos y advertir al conductor. A veces no es fácil solucionar un punto negro. Los conductores deben saber al menos que entran en ellos.

Buenos días, José. Los jóvenes son los que mejor han respondido al carné por puntos. Dejaron de beber y entraron en el denominado conductor alternativo. El problema no son los jóvenes en muchos casos, si no la denominada generación perdida: los que bebieron al volante y ahora les cuesta acostumbrarse a que no se puede beber y conducir.